Obviamente este es un tema complicado y polémico ya que no desarrollaron un sistema de
representación reconocible de los sonidos. Es un tema complejo, pero no imposible de tratar y vale la
pena hacerlo. Platón comentó en su libro “Leyes” que los
egipcios tenían una importante teoría musical establecida. También conservamos textos
que nos explican aspectos como las estrictas normas de ejecución transmitidas de maestros a alumnos e incluso
es probable que intentasen desarrollar algún tipo de lenguaje
musical que ignoramos en la
figura del quirónomo.
1. Escalas y afinación
Muchos han
teorizado acerca de la pervivencia de rasgos de la música de los antiguos
egipcios en el panorama musical actual. Ya en los años 30, el musicólogo Curt
Sachs emitió una hipótesis basada en una estructura pentatónica. Esto debido a
que los cantantes e instrumentos de Nubia, del norte de Sudán y de las tribus
Bicharín evidenciaban un sustrato africano muy antiguo con esta naturaleza sonora
que en el Delta y el Egipto Medio se substituirían por los intervalos de la tradición medio-oriental. A esto se le sumaría el estudio
acerca de los instrumentos folcloristas actuales y su enorme similitud con los ejemplares
del antiguo país del Nilo.
También Hans Hickman ha establecido
que las danzas con palmas y golpes que se ven representados en antiguos relieves y pinturas pudieron conservarse en el Alto Egipto y Nubia.
Sachs considera que la escala sería
aproximadamente: La Fa Mi Do Si, con
tanta repetición a través de octavas superiores e inferiores como lo permitiera
el instrumento, lo que indicaría que tenían las mismas escalas
que los japoneses han conservado. Sin embargo, en el siglo XV
a.C. podríamos encontrar otra estructura de Mi
Sol La Si Re de la misma forma. Se afinaría partiendo de la nota media del
registro del cantante, estableciendo su quinta; la cuarta partiendo hacia atrás
y, desde aquí, se conseguiría la segunda.
Gracias al estudio de flautas
antiguas -obviando las investigaciones pertinentes dadas las variaciones por el deterioro
de los instrumentos-, que tienen
unos huecos muy preciosos,
incluso con casos de rectificaciones
por errores de afinación, se han conseguido reconstruir 3 escalas
pentatónicas:
Do Re Fa Sol La
Do Mi Fa Sol Si
Do Mi Fa La Si
Producto de diferentes principios de
afinación podríamos separar en: pentafónicas (basadas en intervalos vocales muy
antiguos), pentatónicas (proveniente de tubos que formaban el circulo de
quintas), las obtenidas a partir de cuerdas y las que dependían de medidas
lineales equidistantes entre agujeros.
Conocían la escala de siete notas ya
en el Imperio Antiguo. De hecho, se usaba de forma continua en el Imperio
Nuevo, pero se mantuvo de base pentatónica. La idea era la de mantener una
escala de cinco notas, apoyadas en la nota de la sexta y la séptima de una
escala diatónica como notas auxiliares para obtener cambios modales dentro de
la estructura de base pentatónica.
En
cuanto al resto de escalas,
una vez reproducidos los instrumentos es factible establecer que manejaban tres tipos de
escalas: diatónica, pentatónica y de ¾ de tono.
Los instrumentos
debían estar afinados, para estar en sintonía con el orden del cosmos. El
término dd.j maat (aplicar maat) era el usado para referirse a la
afinación de instrumentos o de la voz humana.
Según Sachs, el arpa curvada estaría
afinada pentatónicamente. Los defectos en la afinación eran casi seguros, pero
se arreglarían mediante determinados efectos técnicos como el vibrato.
El sistema de medida
fundamental de los instrumentos era el codo egipcio (sobre 45 cm) por un dedo
de acho, lo que, curiosamente, resultaría un Fa en nuestro
pentagrama. No sabemos
si desarrollaron una división
en 12 notas de una octava, pero sí sabemos que contaban con los medios
necesarios para desarrollarlos.
Arpa curvada. XVIII Dinastía. ha. 1390-1395 a.C.
Metropolitam Museum of Art
2.
Ritmo
Si el estudio de las escalas
y la afinación es complicado, el ritmo resulta
prácticamente imposible de determinar. Los estudios sobre este tema se
suelen basar en la observación de la iconografía, de la posición de los
bailarines y demás personajes representados en relieves y pinturas. Un gran
ejemplo de esto es la danza del Iba en
el que los bailarines marcaban su movimiento con un pie ligeramente levantado.
Detalle de danza Iba. Es probable que bailen al ritmo de las palmas de los dos personajes de la izquierda. Mastaba de Akhouhothotep. (ha. 2500 a. C.).
Las
hipótesis establecen que se estructuraban basándose en una concepción “aditiva” que configuraban los movimientos de danza mediante
un número determinado de unidades de tiempo. Era una realidad en la que
respetarían las proporciones y el número de golpes, siguiendo el orden establecido, formando un tempo y destacando el inicio de cada ciclo.
3.
Los quirónomos
Los quirónomos son
unas representaciones en relieves que muestran a una serie de hombres (y
mujeres en raras ocasiones) en escenas de índole musical desde la IV dinastía
hasta el final del Imperio Antiguo. Se situaban siempre frente a los músicos y
cantores haciéndoles gestos. Se ha sugerido que podían indicar ciertas
digitaciones en los instrumentos o grados de escalas.
Bajorrelieve de un flautista guiado por un quirónomo. Reino Medio.
(ha. 2100-1800 a. C.). Museo Nacional de Egipto, El Cairo.
Los jeroglíficos que los acompañaban
los llamaban “los que hacían cantar al instrumento”, por lo que disponían de la
dirección quironómica ya en el Imperio Antiguo.
Se han realizado estudios muy intensos
sobre el tema en los que cabe destacar a Pérez Arroyo y Hickmann que concluyen en que indicaban signos de tipo
modal y rítmico. Desde las manos y los dedos hasta la elección del brazo
derecho o izquierdo o el ángulo de los mismos determinaría la ejecución. Parece
ser un sistema de signos muy desarrollado, podrían representar un sonido, un
modo rítmico, un modelo melódico, una escala o sonidos centrales de un
tetracorde o cualquier grupo de notas, incluso formas de cantar (timbre,
tremolado, intensidad…). Sin embargo, se refieren a una posición relativa, no a
una afinación absoluta.
No los podemos leer como una partitura
diastemática moderna occidental, es un tipo de escritura musical iconográfica o
figurativa en la que podemos apreciar un precoz deseo de fijar la música para
la eternidad y sin un interés en la divulgación social. Parece un intento de
sistematizarla para la eternidad.
Una
de las representaciones más recurrentes del quirónomo es un misterioso relieve en el que se nos representan a varios frente a
un arpista.
Una hipótesis de esta
representación es la de la existencia de polifonía. Pérez Arrojo está
convencido de la presencia de polifonía en el Reino Antiguo, que se
constituiría a base de líneas y planos sonoros, bordones (flautas y arpas
sobretodo) de distintos intervalos que producían ocasionalmente consonancias y
paralelismos pero en cuya estructura predomina el elemento lineal. Este último
lo podríamos apreciar en el clarinete corto o el arpa, que podría producir
diferentes notas mediante el acortamiento de las cuerdas a la manera de los
instrumentos con mástil.
En conclusion...
La notación musical egipcia se trata de un
tema muy poco estudiado con respecto a otros. Es muy difícil
establecer una teoría sólida en estos casos y más cuando se tiene en cuenta lo
volátil de la naturaleza del sonido.
Algunos temas como el establecimiento de
una escala y afinación tienen más solidez que otros, y aun así no resultan
infalibles. En este caso nos es posible aproximarnos por que disponemos de
evidencias físicas (instrumentos musicales) que puede ser estudiados para
establecer una teoría.
Cuestiones importantes como es el ritmo
resultan prácticamente imposibles de delimitar con las evidencias que tenemos y
es muy probable que no lleguemos jamás a una teoría sólida.
En cuanto a los quirónomos, me resulta un
tema sumamente interesante. Resulta muy factible la idea de que los egipcios
intentasen capturar la música en sus relieves, al igual que ya habían hecho con
el habla. Parece lógico dentro de la mentalidad egipcia el intento por
perpetuar algo tan importante para esta cultura. Sin embargo, hay cosas que aún
me resultan algo inconsistentes, como es el caso de no haber encontrado
manifestaciones de este tipo muy alejadas Reino Antiguo ¿Por qué dejarían de
usar algo así? Es posible que me equivoque y si haya alguna manifestación, pero
no me ha sido posible encontrarla de momento. De todas formas, es probable que
vuelva a este tema más en profundidad en un futuro
Para finalizar, hablar de polifonía podría
resultar un poco arriesgado, pero no veo porque no podría existir. Hay ciertas
evidencias, aunque ninguna consistente, pero aun así no parece algo
descabellada la existencia de diferentes voces en el Antiguo Egipto, más aún
con el estudio que dedicaban los egipcios para establecer sus artes. Es, de
nuevo, andar sobre arenas movedizas, pero, aunque no existiera concretamente en
el Reino Antiguo, veo bastante probable que, en sus más de 3.000 años de
historia, no hayan pulido de esa manera su música.
Puede que esté cerrando de una forma un
tanto desesperanzadora, pero no podemos olvidar que es un campo del que todavía
se sabe poco. Aún con todo, trabajos como los de Rafael Pérez Arroyo nos dan
esperanza. Este hombre ha publicado un tomo inmenso sobre sus estudios acerca
de la reconstrucción de la música en el Reino Antiguo. Incluso, se ha
aventurado a realizar un disco poniendo en práctica sus estudios y acercándonos
a lo que debió ser la música que se escuchaba hace más de cuatro milenios. Si
tenéis curiosidad, podéis escucharlo aquí:
Autores como este, Hans Hickmann, Curt
Sachs o Lise Manniche nos permiten caminar sobre algo que, aunque no sea del
todo sólido, sí que es estable.
Bibliografía:
Andrés, R. (2008) El mundo del oído:
El nacimiento de la música en la cultura. Barcelona: Acantilado. p.p.
246, 252, 258, 261-264
Lagrange, F. (1997) Músicas de
Egipto, Madrid: Akal. p.p. 9-16
Montes. “La música en el Antiguo
Egipto”. Valdemúsica. Web.
Pérez Arroyo, R. (2001) Egipto: La
música en la era de las pirámides. Madrid: Editorial Centro de
Estudios Egipcios, SL. p.p. 79-148
Sachs, Curt. (2008) The
rise of music in the incient world: East and West. New York. p.p. 36-62