El dios Atum junto a Re. Primer libro de las respiraciones de Ushirur.
Una cosmogonía es un sistema que trata la creación y evolución del universo. En el antiguo Egipto hubo cinco "cosmogonías oficiales" a lo largo de su historia, lo que provoca que, cuando uno estudia este tema, ciertos puntos resulten confusos e incluso contradictorios. Pese a todo, la concepción de como era el universo originario y el mundo resultante tras su transformación permaneció bastante estable pese a las distintas escuelas de pensamiento.
En mi caso, me gusta estudiar este tema como una suerte de película a la que se le han sumado una serie de precuelas para atar cabos sueltos, pero de un modo algo más complejo y satisfactorio. Teniendo esto en cuenta, me ha parecido una buena idea explicar mi punto de vista en este tema para así facilitar su comprensión.
Antes de entrar en el tema, me gustaría mencionar una serie de aspectos de importancia:
- Con la excepción del primer dios creador del mundo, todas las deidades tienen un origen, un padre. Dicho de otro modo, nacen de una o varias deidades primarias. Esto nos puede llevar a pensar en la idea de situarlo como un dios-rey por encima de todos los demás o detrás de sus acciones. Sin embargo, a esta deidad se le atribuye la función de creador sin llegar a alzarlo sobre los demás, como un aspecto de su naturaleza que le otorga importancia y relevancia, pero no por ello se ha de entender como más de lo que las fuentes estipulan.
- Las cosmogonías son, al menos en parte, contradictorias, dado a que respondían a la zona geográfica en la que se desarrollasen y en la necesidad de poner a su dios local en una posición predominante. Parece que hubo una cierta competitividad entre las cosmogonías, en un afán por reclamar el demiurgo para su propia deidad local preeminente.
Capítulo 0: Cosmogonía Heliopolitana
La primera fuente cosmogónica escrita data de finales de la V dinastía, de los Textos de la Pirámides (PT) del rey Unas, siendo el compendio religioso más antiguo del mundo.
Heliópolis debió ser un centro religioso de gran importancia por tratare de una ciudad relacionada con el carácter solar. En este lugar se realizó la primera cosmogonía, que relataba como en un principio existía el nun (u océano primordial), el cual contenía al dios Atum inerte. Estas aguas se podían entender como algo prácticamente ilimitado y sumido en una oscuridad total. En PT 1146 se habla del Atum dentro del nun como una serpiente de numerosas colas, algo que representaría el caos primordial antes de la creación.
Otros seres que aparecen mencionados como existentes antes de la creación son Apep (o Apofis) -también simbolizando el caos- y los Mesu-bedeshet, que se relacionaban con Apep, pero que desaparecieron durante el proceso de creación.
Las serpiente son el símbolo del caos y el no-ser y Atum, como serpiente, pudo ser el que absorbió a otras pequeñas criaturas o la esencia vital contenida en el nun que se mantenían inactivas. Por tanto, el nun fue la potencialidad absoluta, y Atum, el activador.
Algunos textos mencionan también a Ra y Khepri como creadores del universo, ya que eran dioses que compartían unas características similares y, dada la naturaleza complicada, enigmática y llena de sincretismos de los dioses, no resulta extraño ver a estos dioses adoptando este papel en ocasiones.
Atún comenzó a crear el universo surgiendo del nun sobre una colina primordial. Una vez allí, estornudó al dios Shu (el aire) y escupió a Tefnut (la humedad), aunque en ocasiones se mencionan otros métodos como la masturbación. Estos engendraron a Gueb (la tierra) y a Nut (el cielo), que fueron separados por Shu, de forma que la tierra y el cielo aparecían separados por el aire. Aún así, Nut y Gueb engendraron a Osiris, Horus Menkhantenirti, Seth, Isis y Neftis. Obviando la presencia de Horus en esta agrupación (que varía en cuanto a la fuente), está serie de 9 dioses se conocería como la eneáda, simbolizando el principio creador (Atum, Shu y Tefnut), el cosmos ordenado (Nut y Gueb) y el orden político (Osiris, Isis, Seth y Neftis [y Horus]) y, a su vez, el cosmos, la naturaleza y el hombre respectivamente.
El mito de la creación de acuerdo a la Cosmogonía Menfita.
Capítulo -1: Cosmogonía Menfita
En esta cosmogonía, Ptah, en su primera forma, se considera el primer ser, solo, en el principio del mundo y padre y madre de Atum. Introduce a Ptah en un estadio anterior al estipulado en Heliópolis, estableciendo la figura de un arquitecto como artífice de la colina primordial, de Atum y del resto del mundo creado.
Esta cosmogonía tuvo su mayor relevancia y desarrollo en el Reino Nuevo. Aquí, Ptah es considerado como el padre de los dioses. Se hace a si mismo, haciendo hincapié en su carencia de padre y madre. Se crea en el nun combinando las fuerzas masculinas y femeninos. Desde aquí, Ptah, como arquitecto, diseña el mundo desde su corazón, pero no es creado hasta que no es vuelto verbo y pronunciado desde su lengua.
Documento gráfico de la Piedra de Shabako, la principal fuente de la Cosmognía Menfita.
Capíulo -1 (de nuevo) : Cosmogonía Hermopolitana
Olvidémonos de Ptah, en Hermópolis se decide reescribir este estadio anterior a Atum. Al ser Thoth el dios protector de esta ciudad, se atribuye el proceso a esta deidad, o más bien, a sus 8 "almas" o contrapates.
En última instancia, son 8 los dioses responsables de la creación (Nun, Nunet, Hehu, Hehet, Kek, Keket, Amón y Amonet). Se trata de una serie de 4 parejas de contrapartes masculinas y femeninas que se representan con cabezas de rana y serpiente respectivamente.
Estos dioses fueron creados en el nun y son símbolos de las aguas primordiales, el espacio ilimitado, la oscuridad y la invisibilidad y lo oculto (cada pareja, respectivamente) y se entienden como las almas del dios Thot o manifestaciones del mismo. Ellos crearon el huevo primordial que surgió en el montículo primigenio, que es custodiado por el gran ganso graznador y que es de donde nacería todo lo que iba a ser creado.
Esta serie de dioses se conoce como la ogdóada. Al existir previamente a la creación e interactuar entre ellos, provocaron un desequilibrio cuya consecuencia sería la creación de la colina primordial. A partir de esto, el sol emergió al mundo tras estar sumido en las profundidades de las aguas primordiales.
Resumiendo, la ogdóada, que empezó a existir al principio de los tiempos, hizo nacer al Sol y creó a Atum.
Ogdoada Hermopolitana. Techo del Templo de Dendera.
Capítulo -1 (otra vez): Cosmogonía Tebana
Esta cosmogonía tiene como dios titular a Amón y entremezcla ideas de diferentes cosmogonías.
Con Tebas como capital del Reino Nuevo, se pretende dar una mayor relevancia al dios local Amón y establecerlo en frente de todos los dioses.
Es una deidad misteriosa, en la Hermópolis del Reino Antiguo ya se le había entendido previamente como parte de la ogdóada, en el Reino Medio se le atribuía el papel de deidad del aire y el viento, pero los sacerdotes de Amón no permitirían que careciese del protagonismo que buscaban. En el Reino Nuevo, se ve como dios local de Tebas y se estableció su presencia en un estadio anterior a Atum. Es por ello por lo que se conoce como "el primero que hace nacer a los primeros".
En el nun primordial yacía la esencia de Amón, y fue esta a responsable del despertar de las fuerzas cósmicas de la creación. Se dice que fue la estimulante brisa de esta deidad la que agitaba las aguas primordiales que haría emerger la colina primordial, aunque en otra versión, es Amón, con forma de ganso, el que grazna y desencadena la creación.
Representación de Amón tras Hatshepsut. Obelisco de Hatshepsut.
Reboot: Cosmogonía de Esna
Vamos a olvidarnos un rato de Atum y de todo lo que se había estableció antes de él. Esta cosmogonía es tardía, datándose en la época del emperador romano Trajano. El templo principal de Esna el de Khnum, por lo que no es extraño pensar que su cosmogonía situase a esta deidad como demiurgo. Fue el creador de los dioses, los hombres y los animales. Vino a la existencia en el principio, siendo padre y madre de todos los dioses, su ancestro y el más antiguo.
Se menciona que su aspecto era desconocido, de un modo similar al que se describía a Atum en su forma de serpiente primogenia. En realidad, es un aspecto habitual en el demiurgo, ya que, al estar solo en el
nun nadie observó su aspecto. La diferencia más destacable es que llevó a cabo la creación a través de un torno de alfarero.
Es, en definitiva, una cosmogonía que toma aspectos de las anteriores y se los atribuye a Khnum como deidad central, además se añaden una serie de aspectos nuevos para enriquecerla.
Representación de Khnum como creador del mundo.
Veámoslo con perspectiva (conclusiones)
Generalmente, las cosmogonías cogen aspectos de otras y, aunque de modos diferentes, ponen en la creación en manos de uno o varios dioses locales. Es un modo de legitimar la posición preeminente de una ciudad.
En esencia, Menfis, Hermópolis y Tebas modifican la cosmogonía Helipolitana, pero no la niegan. Más bien añaden, se establecen sus dioses locales como responsables del surgimiento de esa colina primordial, como los desencadenantes últimos del proceso de creación.
Las cosas son diferentes en Esna, allí Khnum es da deidad artifice, desencadenante y activamente trabajadora de la creación del mundo, sin la intervención directa de otras deidades.
Si nos quedamos con lo esencial y dejamos de lado los detalles, podemos ilustrar con un simple gráfico los diferentes mitos de la creación.
Obviamente, este esquema no se sostendría ante un análisis más profundo dado a que, técnicamente, cada cosmogonía es independiente de las demás y, pese a patecerlo, no se relacionan. De hecho, los artifices de las mismas hacen un apropiacionismo de las cosmogonías preexistentes y las modificaban para convertirlo en algo nuevo y propio, pero reconocible. Dicho de otro modo, la reinventaban. Por ello, este esquema no es técnicamente correcto, es una abstracción que permite un fácil entendimiento de la concepción cosmogónica egipcia en sus diferentes concepciones.
Bibliografía
sábado, 3 de noviembre de 2018