Es probable que te hayas topado con esta colección en alguna ocasión.
"Esa Horrible Historia" o
Horrible Histories es una colección de libros de historia ilustrados destinada a niños y a jóvenes. Cuentan con una amplia colección que trata desde la Edad de Piedra hasta la Edad Moderna.
Su estilo es simple y humorístico, explicando las diferentes eras y civilizaciones mediante pequeñas anécdotas, viñetas cómicas e incluso juegos que ponen a prueba la atención que ha estado prestando el lector, le han valido una gran popularidad, sobre todo, en Reino Unido, habiéndose creado incluso una serie de televisión y videojuegos.
En mi caso, recibí como regalo la versión española de Esos Asombrosos Egipcios (1994), cuando era un niño y lo leí y releí cada poco tiempo, algo sorprendente debido a mi limitado hábito de lectura en aquella época. Este libro no me introdujo al Antiguo Egipto, pero me animó a continuar y a ver la egiptología como algo divertido, mostrándome un nuevo modo de aprender sobre historia más allá de los aburridos e interminables manuales clásicos.
Este año, visitando el British Museum, encontré otra versión del libro llamada Awful Egyptians, publicada tres años después de mi edición. Obviamente, no pude evitar revivir la experiencia que tanto había disfrutado en mi niñez, así que no dudé en comprarlo. Cual fue mi sorpresa cuando me dí cuenta que algo había cambiado (más allá de mi edad).
He visto oportuno realizar una reseña de ambos libros, ya que, ante todo, me parecen una colección interesante y muy aprovechable.
Esos Asombrosos Egipcios (1994)
Como mencioné antes, este libro repasa la historia y cultura del Antiguo Egipto mediante una suerte de compendio de curiosidades fácilmente comprensibles acompañadas con viñetas humorísticas e incluso juegos.
Está claro que Terry Deary y Peter Hepplewhite han hecho un gran trabajo de documentación, ya que el libro cuenta con muy pocos errores, que, en cualquier caso, se trata de males menores relativos a la simplificación de la información que han realizado para que fuera más accesible.
Es un libro extremadamente ameno y fácil de leer debido a su formato. Estas curiosidades ayudan a los lectores más jóvenes a retener mejor la información y a tener material para contarle a sus amigos de un modo entretenido (el típico: ¿sabías que...?). De este modo se consigue interesar a los más jóvenes al Antiguo Egipto, siendo que encuentran algo divertido y práctico en ella.
Las ilustraciones de
Martin Brown acompañan a la perfección. Son simples, reconocibles y tienen un estilo caricaturesco que ayuda a tomarse el libro de un modo más ameno.

Sobre los sacrificios para tumbas subsidiarias:
Deary, T. y Hepplewhite P. (2006) Esa horrible historia: esos asombrosos egipcios, Barcelona: RBA
El libro lanza preguntas al lector tales como "¿Que harías si quisieses llegar a ser faraón?" para que la lectura se haga incluso más dinámica. Se llega a proponer manualidades para que puedas realizar en tu propia casa ¿a que enamorado del Antiguo Egipto no le interesaría tener su propio vaso canopo para decorar su habitación?
Awful Egyptians (1997)
Awful Egyptians es la segunda versión del Antiguo Egipto de la colección Horror Histories, realizada en solitario por Terry Deary, el principal escritor del anterior número.
A la hora de adquirir esta copia vi que llevaba escrito
the original and the best! en su contraportada, algo extraño ya que se trata de una versión posterior a la original.
Lo primero que me llamó la atención fueron sus errores de documentación. Siendo una edición posterior a la original, realizada por el mismo autor, cabría esperar un nivel de calidad en cuanto a la investigación equivalente ¡pero nada más lejos de lo normal!
Al principio, se puede pasar por alto algún que otro gazapo, puesto que el original también los tenía, pero llegado un punto, los errores se hacen mayúsculos y suponen un verdadero problema, dado que, siendo su publicación relativamente moderna, no tiene sentido encontrarse con errores en los que caían los historiadores más tempranos.
Otra pega es su diseño caótico. El libro de 1994 estaba editado en capítulos un tanto inconexos, pero esto no era un impedimento, ya que el formato del libro propiciaba una lectura más relajada y no necesitaba de una estricta continuidad. Sin embargo, la maquetación de esta edición es del todo incomprensible. Los "apartados" consisten en una serie de datos inconexos que desembocan en una página de ejercicios. No parece que se haya seguido una linea argumental, por leve que sea, y el diseño general ayuda a dar una sensación de estar perdido en todo momento.
Del mismo modo, los ejercicios, que anteriormente eran algo dinámico y puntual, se han vuelto algo sistemático y han cambiado de formato, pasando de ser algo creativo y divertido a una lista de ejercicios demasiado larga. En definitiva, parece un examen y eso es algo que habría que evitar a toda costa en un libro de estas características, dado a que da la sensación de que te estuvieran castigando.
Aún así, no todo va a ser malo, las viñetas de Martin Brown siguen ahí y en una gran cantidad, lo que hace que merezca la pena adquirir el libro, aunque solo sea por una buena dosis de humor histórico.
He querido hacer esta reseña doble porque este tipo de libros me ayudaron en mi más temprana formación, pero no dejan de ser un arma de doble filo.
Pese a lo que se suele pensar, hacer divulgación requiere de un esfuerzo extra por parte del escritor. No solo hay que plasmar los datos, sino hacerlos lo más comprensibles posible. Esto se hace aún más difícil cuando, además, intentas introducir el humor.
Autores como
Ad Absurdum,
Philip Matyszak o
Jose Miguel Parra han demostrado en los últimos tiempos que se puede hacer historia con humor o de un modo más creativo sin por ello perder el rigor y nos están dando una lección importante a todo el gremio: Hacer historia no nos sirve de nada si no llegamos a la gente.
lunes, 22 de julio de 2019